VOY CONSCIENTE

VOY CONSCIENTE
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Tú, tu mejor regalo



Cuando tengas la oportunidad de estar a solas contigo y regresar a ti, no la dejes pasar.

Parte de este proceso de crecimiento personal es aprender a estar con uno mismo y disfrutar de hacerlo.

Permitirte ser quien eres y aceptar a los otros como son.

Poder ver y aceptar, a ti mismo, a los otros  y a las circunstancias tal y como son. No como te gustaría que fuera, no como te dijeron que sería, no como te la imaginaste, ni tampoco distorsionada por tus deseos, promesas ajenas u otras versiones.
Ten la certeza de que en esa realidad  y en la experiencia que estás viviendo hay lecciones de vida importantes y necesarias para ti, para crecer y ser la persona que eres y serás, según recorras el camino de la vida.

En esta vida todo tiene solución, casi nada es definitivo y todo sucede a su debido tiempo.

En el proceso de sanar uno despierta a un nuevo nivel de consciencia. Será como si cruzaras un puente. Durante mucho tiempo viviste de un lado del puente sin mucha consciencia de cuanto ocurría allí. Hasta que un día sentiste que se abría el camino hacia un puente. Por instinto de supervivencia, esa maravillosa ancla interior que nos regresa hacia la salud, comenzaste a andar en esa dirección para luego reconocerte del otro lado, en un lugar luminoso, de paz, bienestar y amor. Estando allí, todavía puedes escuchar y ver a los que se han quedado del otro lado del puente, donde vivías antes y quisieras que ellos también tomaran el puente para llegar a donde estás. Pero ese camino cada quien tiene que decidir transitarlo de manera individual, es un proceso personal y no puedes arrastras a los otros por el puente. 

Cada quien tomará las decisiones que considere necesarias para su vida a su debido tiempo.

Las despedidas son siempre doloras, vivimos un proceso de duelo por la pérdida de aquellas personas a quienes amamos. Prevalece el deseo íntimo de reescribir la historia para que esta vez si tenga un final feliz. El final que has soñado, el final que deseas. 
Se trata de aceptar que hay personas y situaciones que no puedes cambiar, no importa cuanto te desvivas y te empeñes por lograrlo. Tú no tienes el poder de cambiar a los otros, de solucionar sus problemas y conflictos, ni de controlar su comportamiento. Sólo tienes el poder de hacerlo contigo y con tu vida. Cada quien mira la vida a través de sus propios lentes, según su tipo de personalidad y su nivel de consciencia.  
Comprender y aceptar que cada uno de nosotros vive su proceso y tiene sus tiempos.
Que el amor que sientes por ti siempre sea mayor y más importante para ti que la necesidad de sentir y tener el amor de otra persona.

No te traiciones para lograr que alguien permanezca a tu lado y tener su amor, no te olvides de ti, no dejes de quererte, ni de ser quien eres. Se trata de estar con uno mismo, reconocerse, mirar adentro, saber quién eres y qué quieres, escucharte, seguir tu intuición, encontrar tu camino para vivir a tu manera.

Eres responsable de ti, de tu vida y de tus días, de hacerte cargo y ocuparte de ti y de tus asuntos.
Ser adulto significa ocuparnos de nosotros mismos, somos los únicos responsable de cuidarnos, amarnos, atender a nuestras necesidades, sentimientos y entregarnos lo que queremos. Nadie más es responsable de ello y esto va de ida y vuelta, ni yo de los otros ni los otros de mí.

Ser adulto significa reconocernos con carencias y necesidades y asumir que de esas carencias y necesidades me ocupo yo. Porque puedo y quiero hacerlo, porque quiero tener el privilegio y la oportunidad de estar conmigo, de atender a mis necesidades y procurarme lo que quiero. 
Encontremos el camino hacia la autodependencia en nuestra vida y nuestras relaciones, de manera que interactuemos, nos comuniquemos, convivamos, nos apoyemos, nos ayudemos unos a otros reconociéndonos y comportándonos como adultos. Sin que  ninguna de las dos partes se sienta responsable de la otra, sin esperar que alguien se haga cargo de mi vida, ni ocuparme yo de la vida del otro para asegurar el vínculo.

Somos compañeros de viaje para compartir el camino de la vida y compartir significa caminar y crecer uno junto al otro como adultos, siendo responsables de nosotros mismos.

Saber que puedes y quieres estar contigo, ocuparte de ti y de tu vida, siempre será la mejor recompensa.
Porque tú eres el mejor regalo que te ha dado la vida.
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