La capacidad de contener nuestros impulsos, resistir la
tentación, hacer lo que es correcto y bueno para nosotros a largo plazo es lo
que hace que una persona tenga una vida plena.
La fuerza de voluntad no es un rasgo de la personalidad que
tienen unas personas sí y otras no.
Al igual que un músculo, puedes entrenar tu fuerza de
voluntad y con pequeños actos de tu día a día puedes fortalecerla.
Para lograrlo no trates de hacer demasiadas cosas a la vez.
Establece buenos hábitos y rutinas que no tensen tu fuerza de voluntad. Aprende
a elaborar una eficaz lista de cosas por hacer.
Lo primero y más importante para cultivar esta fuerza es la
motivación, si no estoy suficientemente motivado no puedo llegar a cambios concretos y
duraderos en el tiempo. Muchas veces comenzamos una dieta porque los demás nos
dicen que debemos hacerlo más que
realmente porque queremos bajar de peso. Es por eso que al intentar
cambiar un hábito es muy importante preguntarse si realmente se quiere
lograr esa meta, si es algo genuino que nace de nosotros, por amor a
nosotros mismos o es algo impuesto
externamente.
La importancia de la
motivación radica en que si intentamos hacer cosas sin suficiente convicción,
tarde o temprano abandonaremos nuestro objetivo sintiéndonos cada vez más
frustrados y enojados con nosotros mismos, lo que nos hará perder confianza
personal y autoestima.
Es importante tener tolerancia a la frustración, esto es
entender que muchas veces podemos equivocarnos o pueden salir las cosas de modo
diferente a como queremos que sean y a
pesar de ello, seguir adelante. Una
persona con buena tolerancia a la frustración generalmente es una persona con
buena autoestima, ya que se permite cometer errores y no se censura por ellos,
y a su vez admite que los demás se
equivoquen sin recriminarles exageradamente cuando lo hacen.
Ser más compasivos
con nosotros mismos
Rodearnos de personas que nos ayudan a lograr nuestros
objetivos es un elemento clave para potenciar la fuerza de voluntad. Las personas con las que convivimos a diario
deben transmitirnos seguridad y confianza en nosotros mismos, apoyarnos en
nuestros procesos de cambio y alentarnos a ser mejores. Depende de nosotros dejarnos influenciar por
personas negativas y pesimistas, siempre tenemos el poder para elegir a quien
escuchar y con quien relacionarnos íntimamente.
Por eso es importante seleccionar a nuestras amistades y pareja, para
que sean fuente de inspiración y apoyo incondicional.
Cada individuo es responsable de su propio crecimiento y
desarrollo personal,
tarea importante, ya que es el motor de cambio que cada
uno tiene en su interior para lograr ser el hombre y la mujer que realmente
aspira a convertirse.
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