“Hoy es el primer día del resto de tu vida”.
No se trata de que olvides el pasado, sino de que te reconcilies con él para así poder disfrutar de lo que eres y tienes en este momento.
“Volver la vista atrás es una cosa y marchar atrás, otra.
Atrévete a dar un giro a tu vida
Si el peso del pasado se hace excesivo y te da la impresión de que no avanzas, intenta cambiar de actitud.
Suelta todo el peso
Las lamentaciones no sirven para nada, entregarse a ellas es perder el tiempo presente por un pasado que ya no nos pertenece. No hay que vivir sujetos al victimismo como tampoco hay que cargar con el peso del resentimiento. “Una persona resentida se intoxica a sí misma”
La última regla de oro que te ayudará a romper con el pasado es no culparte por las equivocaciones cometidas o las ocasiones desaprovechadas, puesto que la vida es una enseñanza continua. “Cuando encajamos los errores como algo natural damos un paso de gigante en la conquista hacia la felicidad”
Haz limpieza del pasado
Es imposible centrarse en el momento presente si nuestro entorno más próximo está repleto de recuerdos del pasado. No se trata de deshacerte de cosas que para ti tienen valor, pero sí de ordenar, almacenar y prescindir de lo que ya no tiene lugar en tu nueva vida.
Da valor al aquí y el ahora. “¡Qué tiempos aquéllos!”, solemos exclamar con añoranza cuando rememoramos momentos felices del pasado. Si bien es muy reconfortante revivir esos recuerdos “uno vuelve siempre a los viejos sitios donde amó la vida” o no.
“Cuando decimos que todo pasado fue mejor, condenamos el porvenir sin conocerlo”.
Una historia zen recoge el diálogo de un discípulo que le pregunta a su maestro dónde está la verdad. Éste le responde: “En la vida de cada día”. El discípulo replica: “Pero yo no veo ahí verdad ninguna”. “Ésa es la diferencia" le responde su guía espiritual, "unos la ven y otros no”.
La plena aceptación. Una persona es feliz, “cuando vive plenamente la vida, aceptándola como le viene”.
Ser feliz es fruto de una decisión triple que consiste en asumir el presente, responsabilizándonos de él, no ganamos nada maldiciendo nuestra mala suerte o echando la culpa de nuestro malestar, pena, rabia a los demás, en mantener una actitud positiva y en marcarnos pequeñas metas diarias.
Retoma el vuelo. “La diferencia entre las personas felices y las que no lo son, es que las primeras se ponen el sufrimiento en una mochila y siguen mirando hacia delante. A la gente que no es feliz ese sufrimiento la invade, inundando toda su vida”.
Convéncete de que tú también tienes derecho a rehacer tu vida y de que hoy es el mejor día para dar ese golpe de timón que te hará cambiar de rumbo.
El pasado pasado está. “Agua pasada no mueve molino”, dice el refrán. La mejor forma de superar el pasado es dejando de hacer tantas referencias a él. Un ejercicio que da muy buenos resultados es obligarse a hablar en tiempo presente. Sustituye el “yo era” por el “soy”, el “ a mí me gustaba”, por el “me gusta”. Da igual quien fuiste o dejaste de ser, piensa en quien eres y hacia dónde quieres ir.
Mira hacia delante. Trata de dirigir toda tu energía emocional hacia la reconstrucción. En lugar de preguntarte “por qué”, algo que sólo te hará dar más vueltas al pasado, intenta analizar “para qué”, es decir, qué lecciones has aprendido.
Centra tu atención en todo lo bueno que sucede a tu alrededor, sonríe al máximo, disfruta esta fantástica experiencia!!!
Suelta el pasado, ya no volverá, de ti depende la creación de "Hoy" y de cómo quieras armar tu cuadro, elige las mejores piezas, y recuerda: Si tienes la sensación de estar anclado en tus recuerdos, ¡rompe las cadenas! volviendote presente del momento actual
El secreto está en apreciar las experiencias vividas, recordar lo bueno y vivir plenamente el hoy en dicha y felicidad.
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