Si el hombre practicara lo que predica, creyendo firmemente en sus propias palabras, podría realmente convertirse en una gran personalidad.
Pero si no aprende a armonizar sus pensamientos, palabras y acciones, corre el riesgo de convertirse en un animal de la más baja especie posible.
La Naturaleza Humana
Un animal es una criatura que, porque no tiene visión interior, puede dar solamente una valoración superficial de las cosas con las cuales toma contacto. El hombre, por otra parte, es capaz de seguir sus aspiraciones y comprender su naturaleza verdadera. Para descubrirla debe armonizar sus pensamientos, palabras y acciones, y esto representa su cualidad fundamental.
Para llegar a conocer su verdadera naturaleza debe eliminar completamente los seis vicios: la ira, el odio, los celos, el orgullo, la gula y la avaricia, que se originan en el cuerpo, dejando lugar para las cualidades nobles que vienen del Alma tales como la verdad, el amor, la simpatía, la tolerancia y la compasión.
Hoy nos hemos olvidado cómo apreciar estas cualidades nobles, tendiendo a correr tras los placeres pasajeros y, al hacerlo, nos perdemos el objetivo principal. Todos los valores de la educación están incluidos en estas seis cualidades.
Primero de todo, veamos qué significa el carácter hoy en día.
Su verdadero significado ha sido olvidado y la gente ya no cree en la eficacia de la virtud, la bondad y la renuncia, que son las bases de un buen carácter.
Los hombres buenos no olvidan las acciones buenas que han recibido, mientras que olvidan el mal que se les ha hecho. También desean compartir su gozo con otros y están siempre esperando esta oportunidad de hacerlo.
Por otro lado
El hombre que se ha alejado en su interior de su conexión con el todo, vive hoy una vida impura y es más y más esclavo de sus sentidos, tiende al egoísmo, la competencia, la lucha y la manipulación.
Cuando sus casas se incendian, ustedes pueden salvarse corriendo hacia afuera, pero cuando los sentidos queman dentro de ustedes, ¿adónde pueden correr?
La primera causa de la ignorancia es el apego, los deseos. Durante su vida en la Tierra, el hombre piensa acerca de su pequeña individualidad y tiene ambiciones materiales. Cuando sus deseos se satisfacen, se siente feliz y contento; pero en el momento en que sus deseos no son satisfechos se enoja. Esta ira es la hija de la ignorancia y surge de emociones que nos hacen olvidar nuestra verdadera naturaleza, y que nos impulsan a hacer cosas que, normalmente, no haríamos.
Para ser felices deben purificar su mente, tal como para ser sanos deben seguir ciertas reglas de higiene. La pureza de la mente es comparable a la beatitud y la pureza del cuerpo es comparable a la salud. Esto es muy difícil de comprender y solamente es posible a través de la experiencia directa
El hombre no debe vivir para sus sentidos, pero sí para sus ideales, transformándolos en acción.
Quien logra obrar de acuerdo a lo que piensa y lo manifiesta de palabra es una luz que irradia energía de amor a los que están a su alrededor y se convierte en una célula de sanación planetaria.
-Sai Baba
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