Amar al niño interior
Si no puedes intimar con otras personas, es porque no sabes cómo intimar con tu propio niño interior. El pequeño que hay dentro de ti está dolido y asustado. Ayuda y acompaña a tu niño.
Uno de los asuntos más importantes que necesitamos comenzar a abordar es la curación del olvidado niño interior. Muchos de nosotros nos hemos pasado demasiado tiempo sin hacer caso de nuestro propio niño interior.
Tengas la edad que tengas, hay en tu interior un pequeño que necesita amor y aceptación. Si eres una mujer, por muy independiente que seas, tienes en tu interior a una niña muy vulnerable que necesita ayuda; si eres un hombre, por muy maduro que seas, llevas de todas formas un niño dentro que tiene hambre de calor y afecto.
Cada edad que has vivido está dentro de ti, dentro de tu conciencia y de tu memoria.
Cuando éramos niños y las cosas iban mal, solíamos pensar que algo no funcionaba bien en nosotros, que teníamos algo malo dentro.
Los niños piensan que si pudieran hacer las cosas bien, sus padres (o quien sea) les amarían y no les castigarían ni les pegarían.
Así pues, siempre que el niño o la niña desea algo y no lo obtiene, piensa: «No valgo lo suficiente. Soy anormal, un retrasado». Entonces, cuando nos hacemos mayores
rechazamos ciertas partes de nosotros mismos.
A estas alturas de nuestra vida, ahora mismo, es necesario que empecemos a hacernos íntegros y a aceptar cada parte nuestra: la que hacía el tonto, la que se divertía, la que se asustaba, la que era "estúpida y boba", la que llevaba la cara sucia.
Todas y cada una de nuestras partes.
Creo que por lo general nos desconectamos, nos cerramos, alrededor de los cinco años. Tomamos esa decisión porque pensamos que algo no funciona bien en nosotros y ya no queremos tener nada que ver con ese niño o niña que somos.
También llevamos a nuestros padres dentro. Tenemos en nuestro interior al niño y a sus padres. La mayor parte del tiempo el padre (o la madre) reprende al niño, casi sin parar.
Si prestas atención a tu diálogo interno, podrás oír el sermón. Podrás escuchar cómo papá o mamá le dice al niño que está haciendo algo mal o que no sirve para nada.
Lógicamente, entonces comenzamos una guerra con nosotros mismos;empezamos a criticarnos de la misma forma en que éramos criticados: «Eres un estúpido», «No sirves para nada», « Otra vez la has fastidiado». Se convierte en costumbre.
Cuando nos hacemos adultos, la mayoría de nosotros no hacemos el menor caso de nuestro niño interior, o lo criticamos igual como nos criticaban.
Continuamos con la pauta una y otra vez.
Para recuperar y fortalecer el amor a uno mismo es muy importante sanar las heridas emocionales que se fueron acumulando desde nuestra infancia, es decir, encontrar y sanar nuestro niño interior.
Entonces...haz cosas que le gusten a tu niño.
¿Qué te gustaba de verdad hacer cuando eras pequeño?
¿Cuándo fue la última vez que lo hiciste?
¿Cuándo fue la última vez que lo hiciste?
Con demasiada frecuencia el padre o la madre que llevamos dentro nos impiden divertirnos porque no es cosa de adultos. Así pues, tómate el tiempo necesario y diviértete.
Haz las cosas tontas que hacías cuando eras niño, como saltar sobre montones de hojas o pasar corriendo bajo el chorro de agua de la manguera. Observa a los niños cuando juegan. Te traerá recuerdos de los juegos que jugabas.
Si deseas más diversión en tu vida, comunícate con tu niño interior y actúa desde ese espacio de espontaneidad y alegría. Verás cómo comienzas a divertirte más, te lo prometo.
Las creencias que aprendiste cuando eras pequeño aún las tiene tu niño interior. Si tus padres tenían ideas rígidas y tú eres duro contigo mismo y propenso a construir muros a tu alrededor, probablemente tu niño interior continúa conformándose a las normas de tus padres. Si sigues reprendiéndote por cada error, debe de ser bastante terrible para tu niño interior despertar cada mañana. « ¿A causa de qué me va a chillar y regañar hoy?»
Lo que nos hicieron nuestros padres en el pasado es un asunto de su conciencia.
Ahora somos nosotros los padres. Nosotros usamos nuestra conciencia. Si continúas negándote a cuidar de tu niño interior, es que estás estancado en un rencor justiciero.
Esto invariablemente significa que aún te queda alguien por perdonar. Así pues, ¿de qué no te has perdonado? ¿Qué necesitas dejar marchar? Bueno, sea lo que sea, deja
que se vaya.
Si no prestamos atención a nuestro niño ahora, y no lo elogiamos, no es culpa de nuestros padres. Ellos hicieron lo que creían que era lo correcto en ese tiempo y ese lugar. Pero ahora, en el momento presente, sabemos lo que podemos hacer para nutrir
y criar a nuestro niño interior.
Las personas que han tenido o tienen un animal doméstico saben lo que es llegar a casa y que salga a recibirte a la Puerta. No le importa la ropa que lleves, ni si eres viejo y tienes arrugas, ni cuánto dinero has ganado ese día. Al animal sólo le importa
que estás allí. Su amor es incondicional. Haz eso contigo mismo. Emociónate por estar vivo y por estar aquí. Eres la única persona con quien vas a vivir siempre.
Mientras no estés dispuesto a amar a tu niño interior, a los demás les resultará difícil amarte a ti.
Acéptate sin condiciones y de todo corazón.
Louise L. Hay
ConversionConversion EmoticonEmoticon