Aceptando que la responsabilidad de nuestra vida está en nosotros
mismos, nos volveremos más activos y capaces y, por este simple hecho, nuestra
autoestima aumentará.
Asumir la responsabilidad de nuestra vida implica ser
responsable de nuestras elecciones y acciones, de nuestro tiempo, de nuestro
trabajo, del cuidado de nuestro cuerpo, de nuestras relaciones personales y
cómo las tratamos, del significado de nuestra existencia, de nuestras emociones
y pensamientos…
Hay que tener en cuenta que no todo se puede
controlar en la vida. Puede haber hechos accidentales de los que no podemos
responsabilizarnos. Tanto culparnos por hechos que escapan a nuestro control
como no aceptar nuestra responsabilidad de los hechos que sí podemos controlar,
conducirán a que nuestra autoestima se reduzca. Hay que saber qué cosas
dependen de mí y cuáles no para poder mantener una autoestima equilibrada.
Podemos vivir desde el victimismo o desde la
responsabilidad.
Cada una de ellas tiene sus ventajas y desventajas.
Vivimos en un mundo dual entre el amor y el miedo. Cada
decisión que tomamos la tomamos desde esos dos puntos de vista.
Decidir desde el amor es acercarte aquello que quieres,
desde el miedo es alejarte de lo que quieres.
Estamos condicionados a decidir siempre desde el miedo, cada
vez que lo hacemos estamos destruyendo nuestra vida, poniendo el
foco siempre en lo que no queremos, y de esta forma, lo que no queremos se expande
.
Tomar decisiones desde el amor es entrar en un sistema
automático hacia el éxito.
"Yo vivo en la abundancia cuando soy coherente con lo
que digo y hago"
El Miedo se combate con el amor
Sólo existe abundancia en este mundo. Si miras a tu
alrededor, todo es abundancia. Abundancia de abundancia o abundancia de escasez,
pero todo es abundancia.
Todo el comportamiento del ser humano es funcional, todo lo
que nos sucede es un resultado por lo que tanto la escasez como la abundancia
es un resultado abundante.
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