Todos estamos expuestos al denominado "error", esa es la realidad.
Creerse exento de él es un absurdo y una falta de sentido común.
Esta realidad puede tocar cualquier ámbito de la vida, en todos los niveles: pérdida del empleo, una derrota deportiva, una ruptura familiar, un descalabro en la vocación, etc., sin embargo, si asumimos el fracaso con una actitud correcta nos fortaleceremos y nos abriremos a nuevos horizontes.
Creerse exento de él es un absurdo y una falta de sentido común.
Esta realidad puede tocar cualquier ámbito de la vida, en todos los niveles: pérdida del empleo, una derrota deportiva, una ruptura familiar, un descalabro en la vocación, etc., sin embargo, si asumimos el fracaso con una actitud correcta nos fortaleceremos y nos abriremos a nuevos horizontes.
Si aprendes de tus errores, realmente no has fracasado.
Es muy importante entender este punto debido a que no estamos acostumbrados a abordar a los fracasos de ese modo, al contrario, vivimos atemorizados por el riesgo de fallar, perseguidos por la sombra de la crítica o de la humillación.
En suma, hemos perdido de vista que dentro del error subyacen lecciones esenciales para la vida. Todo hombre está propenso al error, concebir el fracaso como una maldición es tanto como considerar que nuestra propia naturaleza falible también lo es.
De ahí la importancia de quitarle esa etiqueta y convertirlo, en cambio, en una puerta abierta al crecimiento.
En suma, hemos perdido de vista que dentro del error subyacen lecciones esenciales para la vida. Todo hombre está propenso al error, concebir el fracaso como una maldición es tanto como considerar que nuestra propia naturaleza falible también lo es.
De ahí la importancia de quitarle esa etiqueta y convertirlo, en cambio, en una puerta abierta al crecimiento.
El fracaso: una forma para empezar de nuevo
La felicidad, la paz, la perfección no se consiguen sin pasar por fracasos y duras pruebas, pero sin perder el entusiasmo, el carácter, la iniciativa. Adoptar esta máxima como forma de vida implica modificar la forma de percibir el mundo, sustituir ideas adquiridas –fruto de una educación errónea– por una postura más abierta y dispuesta a la gracia divina, que nos permita aprovechar los cambios y los errores cometidos, a favor de uno mismo y de los demás.
Lo cierto es que, de cara al fracaso, muchos tendemos a darnos por vencidos en los proyectos que iniciamos; nos dejamos arrastrar por el miedo y renunciamos a un segundo intento con la excusa de que ese camino no era para nosotros. Mediante este tipo de justificacion es nos alejamos cada vez más de la realización. Preferimos adoptar la postura de víctima que la de luchador.
Hermano, debes entender que cuando se quiere lograr algo en verdad, se intenta hasta que se obtenga; quienes logran materializar sus ideas en este plano nunca han tenido fracasos, sino intentos fallidos.
Todo es experiencia, cada instancia de tu vida, si sabes observar esconde una enseñanza...si tu sabes aprender de ella, cada día serás una mejor expresión de ti mismo y podrás plasmar de manera más sencilla tu idea en el mundo físico.
Es importante que comprendas y te convenzas de que el fracaso o el error no es un enemigo de la existencia, sino parte de ella, trampolines en los que impulsarte para encontrarte con una faceta más profunda de tu ser.
Debes permitirte la libertad de salir al mundo con la cabeza en alto, dispuesto a equivocarte y aprender, dispuesto a ser totalmente natural, y aceptando todas las enseñanzas que tendrás que superar.
De eso se trata, achicarnos, encerrarnos, esconder la cabeza debajo de la arena...solo hará que pierdas las millones de experiencias que necesitas superar equivocándote y comprendiendo cual fue el error para modificarlo, encerrarte anula las experiencias y anula el crecimiento.
Por ello te aliento a que salgas al mundo con confianza y te permitas ser quien eres, sin miedo a errar, comprendiendo que el error es solo una experiencia que enseña algo, inténtalo, avanza, sigue sigue sigue y sigue....nunca dejes que nadie frene tu capacidad de avanzar y crecer..
¡Que así sea guerrero! que la luz te acompañe
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