La vida es un arte, nosotros somos sus creadores
¿Cuántas veces nos hemos anulado, por no querer desentonar con los colores que las otras personas elijen darle a su vida? ¿Cuántas veces por querer combinar con ellos hemos dejado ir una parte de nuestra identidad?
A menudo, cuando por naturaleza escogemos el camino muchos de nosotros olvidamos la manera de ser quienes en verdad somos para adaptarnos con total conformidad a vivir nuestra vida desde afuera, siendo los actores de reparto de nuestra propia obra...viviendo una vida que no es nuestra.
Nos alejamos por completo de nuestros propósitos y confundimos el sentido de nuestro camino.
Muchas veces olvidamos el arte de ir creándonos, sólo nos movemos por la inercia de la complacencia a otras personas, perdemos nuestra originalidad y creemos que la noble razón de brindarnos por completo es la causa justa por la cual nos cedemos ese derecho de apartar la mirada de nuestro propio camino, nos cerramos a la comprensión de lo que se trata el vivir, el ser plenos, nos cerramos a la idea de ir mas allá por nosotros mismos. Claro está que en ese momento estamos tan confundidos que no logramos apreciar ciertos sucesos tan significativos para nuestro crecimiento, como ha de ser la llegada de las personas a nuestras vidas o simplemente comprender la razón por la cuál de la manera en que llegan también se alejan, debemos saber que ellas se cruzan en nuestros caminos para darnos experiencias y dejarnos un gran aprendizaje.
Podemos abrirnos a nuevas experiencias o compartirlas sin desprendernos de nuestra propia identidad, sin perder ante nosotros mismos nuestra propia voz.
Por eso es importante que en el momento de nuestra creación sepamos que los colores que elegimos serán con los que nosotros mismos nos sentiremos a gusto.
¿Logras sentir cuáles son los colores con los que te sientes identificado en tu vida?
Crea tu propia vida, encuéntrala y luego vívela...
Algunas veces nos pasan cosas que parecen horribles, dolorosas e injustas, pero en realidad entiendes que si no superas estas cosas nunca habrías realizado tu potencial, tu fuerza, o el poder de tu corazón. Todo pasa por una razón en la vida. Nada sucede por casualidad o por la suerte... Enfermedades, heridas, el amor, momentos perdidos de grandeza o de puras tonterías, todo ocurre para probar los límites de tu persona y la fortaleza de la misma. Sin estas pruebas la vida sería como una carretera recién pavimentada, suave y lisa, sin ningún sobresalto. Una carretera que no pone a prueba nuestras habilidades o destrezas de manejo, y por lo tanto estamos cómodos y relajados y se nos va el tiempo, que es la vida misma.
Las caídas y los triunfos que tú experimentas crean la persona que eres. Inclusive se puede aprender de las malas experiencias. Es más, quizás sean las más significativas en nuestras vidas.
Si alguien te hiere, te traiciona o intenta lastimarte, le das las gracias porque te ha enseñado la importancia de perdonar, de dar confianza y si no ha aportado mucho a tu bienestar, ahora al menos sabes que es lo que NO quieres experimentar la próxima vez en tu vida..
Si alguien te ama, ámalo tú también no porque él o ella te ame, sino porque te han enseñado a amar y a abrir tu corazón y tus ojos a las cosas de la vida. Haz que cada día cuente y aprecia cada momento, además de aprender de todo lo que puedas, porque quizás sea el momento adecuado para superarte y avanzar hacia la próxima estación. Entabla una conversación con gente con quien no hayas dialogado nunca, escúchalos y presta atención. Todo lo que se hace o no se hace en esta vida tiene consecuencias, por lo tanto en vez de que te pasen elige tú lo que quieres que te pase.
Permítete vivir a fondo, liberarte y poner pasión en todo lo que hagas. Mantén tus objetivos y metas altas porque tienes todo el derecho de hacerlo.
Repítete a ti mismo que eres una persona magnífica y créelo sinceramente; si no crees en ti mismo nadie más lo hará tampoco.
No dejes que termine el día sin haber crecido un poco, sin haber sido feliz, sin haber aumentado tus sueños.
No te dejes vencer por el desaliento. No permitas que nadie te quite el derecho a expresarte.
No abandones las ansias de hacer de tu vida algo extraordinario. La vida es desierto y oasis. Nos derriba, nos lastima, nos enseña, nos convierte en protagonistas de nuestra propia historia.
Aunque el viento sople en contra, no dejes nunca de soñar, no caigas en el peor de los errores.
Valora la belleza de las cosas simples, disfruta del recorrido, de la sensación inexplicable que te provoca sentir que tienes toda la vida por delante.
Vívela intensamente, sin mediocridad. Piensa en ti, en el futuro y encara la tarea con orgullo y sin miedo.
Aprende de quienes puedan enseñarte. Algunas veces, las personas llegan a nuestras vidas y rápidamente nos damos cuenta de que esto pasa porque debe de ser así, para servir un propósito, para enseñar una lección, para descubrir quiénes somos en realidad, para enseñarnos lo que deseamos alcanzar...
Tú no sabes quiénes son estas personas, pero cuando fijas tus ojos en ellas, sabes y comprendes que afectarán tu vida de una manera profunda e intensa, te acompañarán en cada momento haciendo de ellos únicos y especiales.
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